El comercio electrónico se ha normalizado enormemente en los últimos años. Solo en España, una cuarta parte de las compras totales se realizan por Internet, según datos recogidos por Statista. Quienes todavía se resisten a hacerlo tienen una razón: desconfían de este tipo de servicios. Muchos temen que, al introducir los datos bancarios de su tarjeta de crédito o débito, roben todo su dinero. Por suerte, existe una alternativa más segura: la tarjeta prepago.
Casi todas la tiendas online ofrecen distintos métodos de pagos y, aunque teóricamente todos son seguros, algunos lo son más que otros. Las tarjetas prepago, también conocidas como tarjetas virtuales, son aquellas que están específicamente diseñadas para las compras por Internet y permiten realizar pagos sin necesidad de facilitar datos bancarios a las plataformas de ecommerce, como Amazon, AliExpress, Temu o similares.
Las tarjetas prepago están istradas por terceros, es decir, no son propias de los comercios electrónicos y suelen funcionar gracias a tecnología de cifrado. Para ello, la empresa que istra dicha tarjeta actúa como intermediario entre el comprador y el vendedor (o la plataforma de ecommerce). Así, los clientes pueden comprar de manera segura y sin miedo de que roben su información porque en ningún momento de la transacción tienen a esta.
Generalmente, hay dos tipos de tarjetas: las vinculadas a una cuenta en el banco o a una compañía concreta; y las independientes y no asociadas a una entidad bancaria. En los próximos párrafos, hablaremos más a detalle de estas tarjetas prepago, pero, antes, te comentamos por qué son más seguras de usar que las tarjetas de débito y de crédito y algunos criterios a tener en cuenta antes de crearse una.
¿Por qué es más segura una tarjeta prepago?
Las plataformas de comercio electrónico reales tienden a fijar el foco en la seguridad para los pagos online de sus clientes. Por lo general, no tendríamos que preocuparnos al ofrecer nuestros datos bancario. Sin embargo, existen ataques de phishing, en los que los estafadores suplantan páginas reales fiables en webs fraudulentas que roban la información bancaria.
Con la apariencia de un formulario lícito, se recogen los datos de pago del y, evidentemente, se roban y almacenan en servidores remotos para diversas cuestiones. Aunque lo recomendable es prestar atención a los detalles para cerciorarse de que sea una tienda online real, los ciberdelincuentes cada vez utilizan tácticas más efectivas y nadie está a salvo de poder caer en la trampa. Por ese motivo, es conveniente hacer uso siempre de una tarjeta virtual como medida de prevención.
Una tarjeta prepago dispone de un número, una fecha de caducidad y el correspondiente código de seguridad, que son los datos necesarios e imprescindibles para operar con normalidad en las compras por Internet. Pero no da directo a una cuenta corriente o de ahorro, ya que no están vinculadas a ellas y, en caso de ser víctima de estafa, no se llevarían todo nuestro dinero. .
La gran ventaja de las tarjetas prepago es que sus fondos son limitados. El cliente es quien ‘recarga’ de forma manual el saldo de la tarjeta y escoge el máximo disponible en todo momento. No está vinculada de forma directa a nuestra cuenta corriente o nuestra cuenta de ahorro y, en caso de ataque de un tercero, únicamente podrían acceder al saldo disponible que haya cargado el cliente. Por ejemplo, si un quiere realizar una compra de 50 euros, debería cargar únicamente 50 euros. De este modo, si se tratase de una estafa, le robarían solo ese dinero en lugar de tener a todos los ahorros.
A grandes rasgos, podría decirse que una tarjeta prepago es como una tarjeta de débito en el sentido de que solo está disponible el dinero que hay dentro de la misma. No se puede disponer en ningún momento de más saldo, ni de forma aplazada ni directa, a no ser que el dueño de la misma meta más.
¿Cómo escoger una tarjeta prepago?
En caso de que optes por crear una tarjeta de pago, hay diversas características que debes tener en cuenta para decidir cuál quieres hacerte. Lo recomendable es prestarle atención a los siguientes aspectos:
- Soporte físico o soporte virtual
Las tarjetas prepago pueden contar, o no, con soporte físico. En el segundo caso serán tarjetas prepago virtuales. Las que cuentan con soporte físico nos dan la posibilidad de pagar en establecimientos y comercios físicos de forma típica, mientras que las que se limitan al soporte virtual no nos darán las mismas libertades. En algunos casos, el soporte virtual vinculado a apps y plataformas de pagos móviles sí nos permitirá pagar en tiendas físicas.
- Gastos, comisiones y cuotas
Como mencionábamos anteriormente, debemos revisar el coste de contratación, los gastos de mantenimiento y las comisiones por las diversas operaciones que podamos llevar a cabo. Algunas son gratis de contratar y mantener o renovar, y no tienen gastos asociados a las recargas. Otras, sin embargo, sí que conllevarán gastos diversos en este tipo de operaciones. Por lo tanto, a la hora de elegir una tarjeta prepago, o una tarjeta virtual, es crucial revisar los gastos asociados a las operaciones.
- Valora las funciones extra
Es posible que necesites que no solo nos permitan pagar online y realizar compras por Internet porque para eso ya existe PayPal. Hay tarjetas prepago que nos permiten mucho más como retirada en cajeros o pago en establecimientos pero además permiten enviar dinero a amigos o familiares usando las aplicaciones, etc.
- Menos condiciones y complicaciones
No tienes que hacer un contrato ni nada similar para solicitarlas sino que basta con pedirlas y listo, en muchos casos. En el caso de la tarjeta de Correos solo tendremos que pagar por comprarla y recargarla pero no nos pedirán ningún tipo de comprobante de deudas ni nada similar, no hace falta ningún tipo de papeleo o compromiso por usarla. Es muy fácil de utilizar y de solicitar para cualquier persona que la necesite.
- Algunas tienen menos opciones
Esto puede ser una desventaja si buscas una cuenta en el banco con todo tipo de opciones, una tarjeta que vaya asociada a servicios como préstamos y otros seguros… Aquí solo tenemos la opción de recargar o usar tarjetas virtuales pero la mayoría de las marcas o empresas no nos ofrecen mucho más allá de esto. Generalmente podrás pagar, sacar dinero y poco más. No es una alternativa a un banco si lo que quieres es un servicio mayor como una hipoteca, un préstamo o similares. Solo es una tarjeta.
- Posibilidad de recarga
Si vas a viajar al extranjero, por seguridad deberás asegurarte de que podrás recargar la tarjeta sin ningún tipo de inconveniente. Al no poder hacerlo de la forma habitual (por cajero automático u oficinas) tendrás que realizar dicha acción desde los servicios de banca online de tu entidad bancaria. Por tanto, esto es imprescindible si vas a utilizar tu tarjeta prepago para viajar fuera del país, por ejemplo. Generalmente hay dos tipos de recarga: podemos recargar en una oficina utilizando dinero en metálico o en un cajero pero también hay tarjetas virtuales que nos permiten enviar dinero desde una cuenta bancaria o transferirlo desde nuestra tarjeta habitual para poder recargar desde cualquier parte a través de una aplicación de banca online, por ejemplo, estés donde estés.
Tarjetas no asociadas a un banco
Hay a nuestro alcance decenas de opciones si estamos buscando una tarjeta prepago o una tarjeta virtual con la que poder hacer nuestras compras por Internet de forma segura. Cada una de ellas tiene sus particularidades, empezando por el soporte físico o la disponibilidad únicamente en formato virtual. Las principales entidades bancarias nacionales tienen al menos una opción, como BBVA o Santander, pero también hay soluciones independientes de compañías fintech, Revolut o Bnext. Aquí te damos algunas alternativas de estas últimas:
Bnext
Creando una cuenta con Bnext podemos disponer de su tarjeta virtual, que no es una tarjeta prepago como tal, pero funciona de una forma muy parecida. Es totalmente gratis, ni cuota de alta ni de mantenimiento. Es una de las más recomendables por los s para viajar al extranjero, ya que no solo nos permite pagos o retirada en cajeros en España sino en otros muchos países.
Los ingresos se pueden hacer por transferencia bancaria o con otra tarjeta de crédito o débito. Desde 0 euros en adelante con ingreso, y a partir de 25 euros si es con otra tarjeta. El emisor de la tarjeta es VISA y la cuota es de 0 euros durante el primer año, además de que no existe cuota por renovación. En este caso, el límite es de 2.000 euros mensuales en pagos con monedas no euro, y las comisiones son de un 1,4% a partir de 500 euros con tres retiradas gratuitas al mes.
Esto también nos ayudará a comprobar que es posible que tarjetas prepago que les funcionan muy bien a nuestros amigos o familiares quizá no sean tan convenientes para nosotros. El motivo de ello es que puede haber rasgos que les ofrezcan a ellos que les interesen y que, en nuestro caso, no sean tan importantes. Es recomendable que la elección de la tarjeta de prepago la hagas de forma calmada y que así puedas tomar una buena decisión de la que no te arrepientas.
Otro buen consejo a tener en mente es no dejarse llevar únicamente por las ofertas o promociones que tengan activas estas tarjetas. En ocasiones, puede ser un recurso que utilicen para llamar tu atención e intentar sumar muchos clientes, pero que luego las características del servicio no resulten tan positivas. Por ello, aunque las ofertas nunca vienen mal, hay que ser prudentes a la hora de dejarse llevar por ellas.
En otro orden de cosas, también te recomendamos analizar las condiciones que han tenido las tarjetas de prepago a lo largo de los últimos meses o años. Eso te ayudará a ver si sus características han cambiado mucho o si se trata de una tarjeta que, por ejemplo, no mantenga sus condiciones a largo plazo, algo que es obvio que no resultará positivo.
Ventajas e inconvenientes de una tarjeta prepago
Como todos los métodos de pago, el uso de una tarjeta virtual en una ecommerce tiene sus pros y sus contras. Si planeas crear una para tus compras online, debes tener en cuenta algunos aspectos para valorar si merece la pena.
Mejor control de gastos
Si no sueles tener autocontrol a la hora de gastar dinero con la tarjeta, es conveniente que crees una tarjeta prepago, ya que te permitirá conocer mejor tus gastos. Así, será más fácil ponerte un límite si consideras que estás comprando mucho.
Además, las tarjetas prepago pueden ser una buena opción para darles cierta independencia económica a nuestros hijos. Es una forma de dar la paga para que comiencen a aprender a gestionar el dinero, pero controlando que no gasten más de lo que deben. La cantidad que les llegue podrán gastarla en plataformas de ecommerce, en establecimientos o sacando el dinero del cajero.
Más seguridad en los pagos
Como ya hemos mencionado, la ventaja más interesante de las tarjetas prepago es su seguridad. No es lo mismo que roben los datos de una tarjeta a tu cuenta bancaria, en la que guardas todo tu dinero, a que te roben una tarjeta virtual en la que ‘solo’ habías metido 300 euros. Ambas opciones son desagradables, pero el segundo caso es la mejor opción para no perderlo todo de un plumazo.
Es posible que no ‘confíes’ en algunas webs y no quieras meter tu tarjeta asociada al banco. También es una buena opción para adolescentes a los que queramos dar mayor independencia, pero sin poner en riesgo nuestro dinero (o el suyo), ya que no suelen estar habituados a los engaños en la red y es más probable que caigan.
Ideales para viajar
Muchas de las tarjetas prepago son compatibles para usarse en muchos otros países y se han convertido en a la mejor opción para viajar ya que no cuentan con comisiones y nos permiten sacar dinero en muchos cajeros o pagar en otras divisas. No todas, pero la gran mayoría se han popularizado con este fin para no tener que preocuparnos del cambio de moneda.
Al cambiar el dinero a otra moneda o pagar con la tarjeta, los bancos tradicionales nos obligan a pagar comisiones. Algunas tarjetas prepago nos sirven para sacar dinero en el extranjero o para pagar directamente sin preocuparnos. No obstante, antes de hacerlo, deberemos cerciorarnos de que la nuestra es compatible con este servicio o no.
No son lo mejor para ‘atrapar gangas’
Si en algún momento te encuentras con una ganga irresistible o una gran oferta que se puede acabar en minutos, la limitación y control de gastos puede ser un gran inconveniente. Imagínate que tienes cierta cantidad y este producto cuesta más. No podrás comprarlo, y puede que, cuando recargues el saldo de la tarjeta y vayas a hacerlo, ya sea tarde porque no esté disponible.
Esta situación tal vez no sea la más frecuente, pero sí que es un punto en contra con respecto al uso de las tarjetas prepago. Aunque nos ayude a gestionar las compras por impulso y nos obligue a meditar las compras que realizamos, el tiempo que se tarda en recargar el saldo impide ‘cazar’ los verdaderos chollos que sí necesitábamos.
Fecha de caducidad limitada
Las tarjetas prepago están pensadas para ser utilizadas normalmente por Internet. Al tener un uso tan concreto para protejer los datos de nuestras tarjetas físicas, la fecha de caducidad suele ser muy próxima por cuestiones de diseño y resulta muy incómodo tener que renovarla constantemente.
Esto puede jugar en nuestra contra, ya que podemos utilizar este tipo de tarjetas para pagar una suscripción periódica a través de Internet de alguna plataforma o herramienta, y quedarnos sin ella sin darnos cuenta.
Pago de comisiones
Es posible que algunas tarjetas prepago pidan pequeñas comisiones por cada recarga que se realice. No todas las tarjetas de este tipo lo exigen, pero, es algo que puede ser un hándicap para los s que estén valorando la idea de crearse una. Cada empresa tiene una comisión distinta, pero normalmente oscila entre 1-2 euros. Otra modalidad es pagar una «cuota anual» por el uso de dicha tarjeta.
Sin pagos recurrentes
Generalmente, las suscripciones a servicios de streaming, como Netflix, Amazon Prime o Max, no están disponibles para pagar con tarjetas prepago. Eso se debe a que sus contratos exigen compras o pagos recurrentes y, en caso de que el no recargase la tarjeta, no se podría efectuar el cobro.