Las tarjetas de prepago son una excelente opción para que los más pequeños de la casa estén bien comunicados y puedan ponerse en o con nosotros en cualquier momento. No obstante, tienen algunas condiciones que debemos cumplir si no queremos tener imprevistos, aunque no siempre se conozcan.
Muchos de nosotros tenemos la tarjetas de prepago de la compañía se activan después de la primera recarga y caducan cuando transcurren seis meses desde esta fecha, incluso si no hemos agotado la totalidad del saldo. En este caso, el consumidor tiene derecho a solicitar la devolución del saldo que queda pendiente. Si transcurridos siete meses continuamos sin recargar, la línea quedará inoperativa y perderemos el número.
Movistar, por su parte, también tiene una caducidad de seis meses en sus tarjetas prepago. Estos seis meses se renuevan cada vez que hacemos una nueva recarga. Si no hacemos ninguna recarga y superamos este plazo, tendremos un plazo de 54 días para recargar y volver a tener validez. Superado este plazo, perderemos el a nuestro número.
La importancia de informarse bien con el operador
Actualmente, la mayoría de nosotros usamos las líneas de prepago como un segundo número o una línea que tiene un uso muy esporádico, por lo que no es de extrañar que en algún momento estemos cerca de cumplir algunos de los plazos anteriores. Especialmente si somos clientes de Orange, que es la que da un plazo inferior.
Si estás pensando en comprar una tarjeta de prepago, lo mejor que puedes hacer es ponerte en o con tu operador para informarte no solo de las tarifas y promociones a las que te puedes acoger para calcular el precio final, también de las políticas que tengan relativas a la caducidad de la tarjeta. De este modo, podrás planificar las recargas que tengas que hacer en el caso de que no vayas a darle uso a tu SIM, pero no quieras perder el número.